LA IRA DE LOS
VIENTOS
Iván Vera-Pinto
Soto
Director de
Extensión UNAP
En el marco del Centenario de
la Masacre de la Escuela Santa María de Iquique, el Teatro Expresión, en su XXVIII
Temporada, repondrá la obra “Coruña, la ira de los vientos”, basada en la
novela del escritor iquiqueño Luis González Zenteno (1909-1960), “Los Pampinos”
(1956).
La pieza teatral recrea el levantamiento obrero ocurrido en la
pampa tarapaqueña, el 5 de junio de 1925, el cual culminó con una de tantas
masacres ocurridas en esos tiempos y que tiñeron de sangre el desierto nortino.
La nueva versión escénica se mueve en dos planos: El primero, desarrolla
la historia de una pareja de dirigentes obreros, Carlos Garrido y Leonor Tumbes
(Timona), quienes inician un apasionado proyecto de vida en Iquique, dentro de
un convulsionado contexto social, económico y político que vive el país a
comienzo del siglo XX. Luego, la pareja, movida por mejores expectativas
laborales, deciden emigrar a la pampa, para llegar a la oficina La Coruña. Allí
se convierten en protagonistas y testigos de una serie de huelgas, culminando
con los trágicos sucesos ocurridos en las salitreras.
Carlos, dirigente obrero que dirigió
el levantamiento, es un joven venido de Aconcagua y Leonor, es una emigrante de
la región de Apurimac, de la sierra peruana. Ambos, al igual que miles de
gentes, son "afuerinos" que abandonaron sus pagos e incluso a sus
familias para probar suerte en el desierto más árido y alucinante del mundo.
Recordemos que en su mejor época, la cantidad de obreros llegó a un total de 30
mil trabajadores. De esta manera, la obra, concilia la épica social y el
desarrollo del conflicto de los obreros, con las historias privadas de sus
personajes de ficción.
Carlos, al llegar a Iquique es un
hombre desarraigado del campo y con escasa conciencia social. Más tarde, por
influencia de Leonor y Recabarren, adquirirá una postura ideológica y política
que le permitirá entender lo que pasa en su medio. No obstante, cuando adquiere
esta conciencia sucumbe en el arenal de desolación industrial, pero su entrega
se convertirá en un ejemplo para las futuras generaciones. A su lado está
Leonor, conocida por los obreros como Timona, india aguerrida, que inicia su
existencia dramática como líder de la mano de Luis Emilio Recabarren, guía que
le marcará el camino para la liberación social. De esta forma, la pareja
seguirá el irremediable y cruel destino ya escrito y leído en las manos de la
joven. A pesar de todo, ella –al final de la obra- le dirá alentada a su
retoño: "Que poco pedimos nosotros ¿cierto hijo? Pero cuando usted sea
grande, el mundo ya habrá cambiado. Escucha, hijo, tú eres la esperanza, la
semilla que se abre paso en los surcos de una nueva vida."
En un segundo plano contextual, se narra todas las circunstancias
del levantamiento obrero que se gestó en respuesta a la crisis de la industria
salitrera y a las condiciones de explotación social que vivían los trabajadores.
El proceso insurreccional concluyó con el enfrentamiento entre los obreros con
las fuerzas regulares del ejército, provocando miles de muertos y la
desarticulación de las organizaciones obreras en el norte.
Este verdadero documento etnográfico,
de gran valor literario, fue adaptado teatralmente a partir del criterio que la
memoria es muy importante, en especial para el conocimiento de los jóvenes. Los pueblos
que han llegado a consolidarse culturalmente son aquellos que continúan una
tradición, lo que heredamos de nuestros predecesores. Sin escudriñar el pasado,
tal vez no haya porvenir y estamos sentenciados a repetir la misma historia.