TEATRO EN LA
EDUCACION
Iván Vera-Pinto Soto
Muchas experiencias educativas en el mundo han
demostrado que con la incorporación de la práctica teatral en los
establecimientos educacionales se puede lograr- en un contexto entretenido- la
maduración de los alumnos en las áreas cognitiva, social y afectiva. Los
jóvenes como protagonistas de sus propias obras, pueden desplegar la
creatividad, la capacidad para tomar decisiones, la habilidad comunicacional, la interacción en equipos;
en fin, un conjunto de elementos positivos que sirven para el desarrollo
integral que tanto se inculca en todos los proyectos que se han propuesto para
nuestro sistema educativo nacional.
Lógicamente no me refiero solamente al hecho de leer
literatura dramática en el aula, sino más bien a abrir la clase a otros temas
educacionales. Por ejemplo, el teatro como estrategia metodológica, puede permitir
acercar al estudiante a los conceptos básicos de la Educación Ambiental, mediante los juegos, rol playing y
mimodramas.
Creo que nuestra escena educativa
debe poseer algo más que una buena infraestructura, algo más que nuevas
tecnologías y algo más que sujetos dependientes del computador. De todas
maneras es necesario crear espacios diversificados para las distintas prácticas
deportivas y artísticas, por medio de
las cuales los cuerpos de los niños desarrollen la creatividad, el autoconocimiento,
la habilidad, la destreza, el goce lúdico, etc.
Está comprobado que los cuerpos
rígidos detrás de un escritorio o frente a una pantalla de un televisor no
favorecen el incremento de mentes flexibles e innovadoras que tanto necesita el
país. El teatro - como también ocurre con otras manifestaciones artísticas -
puede “despertar” las capacidades internas del estudiante, impulsarlo asumir un
rol de liderazgo, prepararlo para su funcionamiento en un mundo tecnológico,
científico, globalizado; donde se requiere conocimientos profundos sobre el
cuerpo y su persona, variables que en definitiva son las matrices de cualquier
proceso de cambio.
Zubin Mehta,
director de la Orquesta Filarmónica de Israel, en una entrevista dada recientemente en nuestro
país, declaró: "Es imprescindible para el crecimiento armónico del ser
humano aprender música, apreciar las artes, la pintura, la literatura. Si sacas
eso de los colegios, las personas serán muy materialistas, sin cultura. El arte
eleva y enaltece el espíritu. Los países que no enseñen estas disciplinas
tendrán una gran desventaja para ellos mismos.”
Creo que tiene toda la razón, en esta época donde la espiritualidad está
crecientemente ausente en nuestras
vidas, los adultos tenemos que pensar en el daño que podemos provocar en
las futuras generaciones sino incorporamos estas actividades estéticas en todos
los niveles educacionales.
En ese marco la Universidad
Arturo Prat en el
convencimiento que la educación teatral es un medio privilegiado que puede
complementar todo proyecto educativo que facilita el logro de un ser humano
integrado; está invitando a los conjuntos teatrales de Enseñanza Media de la
Provincia de Iquique, a participar de un festival que efectuará el día 26
de octubre próximo, en el Teatro Municipal de la ciudad.
Este evento se suma a otras iniciativas del Ministerio
de Educación, como igualmente de algunos colegios públicos y privados de la
zona que han entendido que el teatro es un vehículo muy apropiado para
reflexión, la internalización de valores y la construcción de conocimientos que
se hacen a partir del propio mundo de sensaciones y significados del educando.
Me viene a la memoria un comentario del querido
Willie Zegarra; él decía que se había
educado gracias a la actuación en numerosas obras teatrales y por su
participación en las mancomúnales obreras. Estos eran los espacios de los
trabajadores donde eran infaltables los populares “maromeros”, término gracioso
que se usaba en la pampa para nombrar a los actores aficionados, quienes en los primeros años del
siglo pasado promovían la emancipación social de los obreros a través del
teatro.