RADIO E IDENTIDAD
Iván Vera-Pinto Soto
Las radioemisoras
tienen sus propios códigos y siempre han ocupado un lugar importante en la vida
de los ciudadanos. Muchas veces, a través de ellas, la gente puede efectuar sus
propias lecturas de su realidad social y registrar pasajes importantes de su
historia.
A pesar de
todos los adelantos tecnológicos y la fuerte penetración que ha tenido de la
televisión en el mundo de las comunicaciones, para los iquiqueños la radio sigue
jugando un rol muy importante. Todos comprendemos que es el medio más cercano,
que además mejor nos interpreta y que goza de más alta credibilidad. Nos
permite principalmente oír música, entretenernos e informarnos. Por lo demás,
por poco dinero, llega a todos los sectores y niveles de nuestra comunidad.
Frente a cualquier catástrofe siempre está presente para prestar ayuda a la
colectividad; función primordial que, lamentablemente, se ha descuidado por la
existencia de los grandes consorcios comunicacionales.
Aún recuerdo las
voces de los antiguos locutores
conviviendo en nuestra cotidianidad, acompañándonos en la intimidad del hogar.
Estos personajes eran nuestros amigos, ellos nos permitían alegrarnos y fantasear nuestra aletargada vida provinciana
de los años 70. No me cabe duda que esos conductores de programas radiales, con
sus característicos timbres y “frases acuñadas”, forman parte de nuestra
memoria y que siempre los evocaremos como los cronistas de nuestra historia
local. Entre ellos aún recuerdo a Floreal Toledo, con su clásico programa de
tangos en la desaparecida radio Almirante Lynch; Francisco “Pancho” Dávila,
popular locutor de las desaparecidas emisoras El Salitre, Almirante Lynch y
Esmeralda. Sumemos a René Medina, Mario
Vergara, Jaime Fuster, Raúl Escudero, Yerko Elgueta, Raúl Ossandón, Leslie Omar
Díaz, Andrés Daniels y Leonel Cortés. Más adelante, en la década de los 80, se
impondrán las voces de Raúl Cortes, Raúl Rodríguez, José Enrique Toro, Antonio
Sabat, Dennis Lillo, Gonzalo Jiménez, Raúl de Pablo, entre tantos.
También
tuvimos programas que lograron insertarse con facilidad en nuestra memoria, en
mi caso añoro: ”La pareja dispareja”,conducida por Jaime Torres y Cecilia
Millar, una versión iquiqueña del espacio “La pareja feliz”, de los actores
nacionales Leonardo Perucci y Alicia
Quiroga. El simpático matinal de Raúl Ossandón, la emblemática “Cabalgata
Deportiva”, conducido, entre otros, por
Juan Bontá, Tito Crespo, Hernán Cortés, Juan Castillo y Raúl Duarte. El show
sabatino de Radio Almirante Lynch, una suerte de Sábados Gigantes, con premios,
concursos, cantantes y animación, que se prolongaba toda la tarde y que la
gente hacían grandes filas para poder ingresar al auditorio radial.
También,
por los años 50 a 60 del siglo pasado, estaban en su mejor
apogeo los radioteatros románticos y melodramáticos que protagonizaron figuras
como Doroteo Martí, el galán de la gran capa en los escenarios; Luchita Botto,
Nieves López Marín, Flor Hernández y Arturo Molla Grau. Actores de radio que
incursionaron en los escenarios con los mismos argumentos de sus radionovelas.
Entre los años 60 y 70, reinaban las voces de Alicia Quiroga y Leonardo
Perucci, con “Una pareja Feliz “, o los impactantes libretos de “ Los Ofensores
“; y, las excelentes adaptaciones de los guiones de películas en “ La Tercera
Oreja “.