SUCESOS DE UN
TEATRO
Iván Vera-Pinto
Soto
Si tuviésemos que hacer un poco de recuerdo sobre los
inicios del Teatro Expresión, diríamos que este conjunto nació el 9 de
septiembre de 1979, con el nombre de
TUCHI (Teatro de la Universidad de Chile, Iquique). Sus
primeras obras fueron “El Ultimo Tren”, de Isidora Aguirre y “Castillos en el
Aire” (1980); con estas realizaciones el elenco universitario dio paso a una
sostenida y exitosa temporada de actividades escénicas que se prolonga hasta
nuestros días.
Para el año 1982 tuvo que cambiar su nombre original a
Expresión, debido a la transformación que experimentó la Universidad en Instituto Profesional de Iquique (IPI), este
hecho coincidió con el estreno de la obra de García Lorca “La Zapatera
Prodigiosa”.
En marzo del mismo período, atendiendo a una invitación de
incorporación de nuevos elementos, ingresó a la agrupación el destacado actor “Willie”
Zegarra, quien además fue contratado por el IPI, para cumplir el papel de escenógrafo.
Al año siguiente la compañía montó una pieza de su autoría “Margarita, el
remolino de la pampa "(1983), la que se proyectó por varios escenarios de
la capital.
Posteriormente, enero de 1989, don “Willie” y los demás
actores participaron en el film
sueco-chileno “Entre el Trigo y el Látigo”, del cineasta Luis Francisco
Roca. Más tarde, el recordado teatrista intervino
en la obra de Guerrero, “Del Chumbeque a la
Zofri” (1996), a la cual le dio una mística especial interpretándose
a sí mismo, algo inédito en las tablas.
En los años del gobierno dictatorial, Expresión no
estuvo ajeno a contratiempos. En 1984 abordó la polémica obra de Buchner
“Woyzeck”, cuyo contenido cuestionaba la formación militarista y a la sociedad
contemporánea; curiosamente el rector, coronel Hernán Ramírez, autorizó la puesta en escena.
No obstante, diferente destino tuvo la obra de Ionesco“El
Rey se Muere” (1986), la que fue censurada por el rector René Piantini, “por representar
una apología contra el gobierno militar”. Aquella temporada el equipo tuvo
muchos tropiezos, incluso algunos actores padecieron enfermedades graves.
Por ello - medio en serio y medio en broma- se hizo un sahumerio
artístico.
Al poco andar las mismas autoridades universitarias volvieron
a cuestionar la producción de “El Toro por las Astas” de Radrigan, por
considerarla “vulgar y ordinaria”, a pesar que ella había recibido el premio
APES en Santiago. En ese magro escenario, el elenco se vio obligado a
refugiarse en comedias livianas para seguir en escena.
En octubre del año 1989 el rector Hernán Vial, ante los
problemas financieros que vivía la institución estudiantil, pretendió vender la Sala Veteranos del 79. Al respecto el historiador
Mario Zolezzi en una carta enviada a este diario(11-10-89), expresó: “Resulta
incomprensible la actitud de la Universidad Arturo Prat de organizar un seminario sobre
patrimonio histórico de Iquique, cuando por otro lado pretende entregar a la
implacable picota un edificio histórico, como es el Salón Veteranos del 79,
sede del teatro Expresión, por motivos financieros.” Después de muchos “tiras y
aflojas” la licitación se declaró desierta. Al final, todo terminó en una
jornada (Teatrotón) organizada por los actores para ir en ayuda de la
recuperación de la sala.
A
partir de ese suceso el recinto se convirtió en el escenario emblemático donde el
elenco direccionó su labor sustancialmente en el rescate, revaloración y
proyección de los contenidos y técnicas del teatro regional, nacional y
latinoamericano; difundiendo incluso su trabajo más allá de las fronteras
institucionales.