A través de la curiosidad y la búsqueda de su
propio padre el autor, Iván Vera-Pinto, nos transporta a las perdidas memorias
de su niñez y del pasado de nuestra nación, y es que (para quienes lo hemos
experimentado por cualquier motivo) la ausencia del padre, del progenitor, de
un “guía” o una figura paternal en nuestras vidas, ciertamente puede generar
las más diversas pasiones, curiosidades o bien fuerzas creativas. Por supuesto,
nuestro padre no está del todo ausente, siempre nos asecha su figura fantasmal,
generada por nuestra propia imaginación, la cual tiene el poder potencial de
deformar y alejarnos de él, o bien devolvernos, a través de fragmentos, partes
de nuestra propia vida (pasada y futura), parte en fin de nuestra propia
identidad.