DIA NACIONAL DEL TEATRO
Iván Vera-Pinto Soto
En 1961, por recomendación de la
UNESCO, fue determinado que los 27 de marzo de cada año se iba a
festejar el Día Mundial del Teatro. El objetivo de este homenaje fue contribuir
a la amistad y la paz entre los pueblos, a través de la implementación de un
conjunto de actividades escénicas en diferentes puntos del planeta.
Por su parte, en nuestro país, se instituyó el 11
de mayo como el Día del Teatro Chileno. Esta iniciativa del Gran Circo Teatro
surgió el año 2002 como instancia de rescate de la memoria teatral nacional y
como homenaje a la trayectoria del desaparecido teatrista Andrés Pérez.
Por ello, en esta
fecha, se está desarrollando a nivel nacional, a través del Consejo Nacional de
Cultura, un programa de festejos ciudadanos que incluyen foros, tertulias,
teatro callejero, funciones, caravanas, música en vivo y discursos. Todas están
acciones
están encaminadas a demostrar que el teatro es un arte imperecedero, que no
podrá ser superado por ningún lenguaje tecnológico ya que es uno de los medios más cercano a la vida humana.
Tal como afirma el dramaturgo griego Iakovos Kampanellis,“Creo,
aunque suene paradójico, que este Arte antiguo es también el Arte del Futuro.
No solo por la voluntad de aquellos que se dedican al Teatro-escritores,
actores, directores-y todos los otros factores que contribuyen al espectáculo,
sino porque ustedes, la gente, el público, va a querer que exista en el
futuro”. En otras palabras, el teatro será por siempre una necesidad
comunicacional del hombre, una necesidad psíquica en las personas y un lenguaje
universal que no podrá ser superado por otros lenguajes tecnológicos.
Personalmente, tengo una visión optimista sobre el porvenir del
teatro, porque que creo que este arte nos permite develar nuestra realidad
social y colocar a los hombres y mujeres frente a su vida no como simple
espectadores , sino como actores y transformadores de la sociedad.
Aunque vivimos inmersos en una cultura consumista y desechable
tengo la percepción que el teatro
seguirá vital por la pasión que caracteriza a sus estoicos
teatristas. Así lo demuestran los logros alcanzados en los últimos tiempos en
lo que se refiere a la capacidad de asociatividad entre los elencos y los
estrenos de calidad que se anuncian para la cartelera local.
Es evidente que aún falta mucho por ganar en temas como
capacitación, creación de infraestructuras y circuitos teatrales, incentivos
para los creadores y montajes, etc. No obstante con orgullo debemos observar
que la mayoría de los compañías estables tienen obras que se proyectan
regularmente, que han asistido a eventos nacionales e internacionales, que sus
directores se han preocupado de la capacitación en temas técnicos y que algunas
asociaciones incluso han sido capaces- vía proyectos de autogestión y subsidios
– levantar sus propios escenarios.
El desafío para el futuro de investigar una estética de teatro
regional que siga un proceso orgánico que permita fluir el modo de vida y la
experiencia cultural de nuestra región, a través de un lenguaje artístico
propio.
El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela,
provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro
es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el
silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida.
El teatro es un hecho vivo que se consume a sí mismo mientras se
produce, pero siempre renace de las cenizas. Es una comunicación mágica en la
que cada persona da y recibe algo que la transforma.
El teatro refleja la angustia existencial del hombre y
desentraña la condición humana. A través del teatro, no hablan sus creadores,
sino la sociedad de su tiempo.
“El teatro no sólo implica obra actores y píblico, el teatro es
parte del patrimonio cultural de una nación, y por ello debe ser reconocido y
protegido, celebrado y respetado, valorado e impulsado