CULTURA Y MODA
Iván Vera-Pinto Soto
Todos
sabemos que la moda es una costumbre que está en boga durante un tiempo
determinado en una cultura específica. Su característica fundamental es su paso
efímero, transitorio y eventual por la sociedad. Esta situación ha ocurrido
irremediablemente en las tendencias artísticas, ideológicas, literarias, etc., que nacieron bajo ciertas circunstancias históricas y
finalmente decantaron en el vacío.
De la
moda, por desdicha, nadie puede escapar, ella se introduce subliminalmente en nuestras ideas, emociones y acciones, más
aún cuando no tenemos un marco de pensamiento suficientemente sólido y
sustentado en ciertos valores éticos y morales.
En nuestro
caso, la moda está convertida en un espectáculo con divas que salen
repetidamente en televisión porque se
casan, se separan o intentan suicidarse por desilusión amorosa. Es una verdad indiscutible
que las mayores ganancias económicas se alcanzan a través de la moda de ciertas
películas, vestuarios, perfumes y show de estrellas espectaculares ataviadas
con creaciones de modistos top.
En
Chile nadie se sorprende con la soterrada invasión que sufrimos a través de la
televisión con las películas anglosajonas. Aceptamos como algo natural que los
medios de comunicación nos bombardeen con sus ofertas publicitarias de
productos que representan una forma de sentir, de pensar, de actuar; en
definitiva, aceptamos una cultura que muchas veces nada tiene que ver con
nuestra realidad inmediata.
Hoy, por
ejemplo, la moda musical es la llamada “música electrónica “, importada evidentemente
de la cultura norteamericana. Sus autores son los Dj`s, personajes que frente a una consola de LP`s
mezclan el contenido de los discos y originan singulares canciones. Este estilo
agresivo tiene una estructura de sonido y ritmo monocorde que imita el ritmo de
un corazón. Los lugares para escuchar estas propuestas son variados: bares,
discotecas, reuniones y fiestas masivas. En estos espacios un sector marginal y
reprimido de la juventud utiliza las concentraciones para realizar verdaderas
catarsis colectivas entre drogas, bailes y excesos. Al final estas jornadas
representan una decadencia ideológica alarmante, por sus fatuos y escapistas
resultados.
La
propagación extensiva de esta seudo cultura basada en la droga, la pornografía
y la música degradante, es uno de los métodos de aculturación que utiliza el
colonialismo intelectual para relegar a segundo plano el idioma y la cultura
nativa. Sin embargo, también hay que reconocer que dentro de este mismo
movimiento han brotado representantes que utilizan esta forma para expresar contenidos
liberadores y transformadores de su contexto social. Así, la moda es reflejo
del tiempo que vivimos, se convierte día a día en un fiel testimonio de nuestra
personalidad y de los cambios que sufre nuestra cultura. En este sentido, uno
de los desafíos es conocer a fondo la moda y adaptarla libremente a nuestras pertinentes
necesidades. De esta manera, frente a cualquier manipulación del estilo y de imposición
de imágenes artificiales; podemos reaccionar esgrimiendo la moda para expresar
con imaginación nuestras visiones y proyectos de vida. Al respecto tenemos
algunos modelos destacados, tal es el caso del denominado nuevo rock chileno. Dentro de este mismo concepto, Brasil, pueblo de una expresión musical muy variada, tuvo
la osadía de competir en los circuitos de la cultura globalizada, introduciendo
sus ritmos, sus melodías, sus armonías en esos mercados masivos a través de las
grandes disqueras. Además, otra de sus virtudes fue poder asimilar las cadencias
del rock y de muchas otras manifestaciones de la cultura universal, a su propia
fortaleza rítmica y armónica. Un escenario análogo es el éxito internacional
alcanzado por la música afrocubana con la proyección de su Buena Vista Social
Club.
Concienciémonos
en el hecho de que es utopía evitar los influjos foráneos, más bien procuremos
entenderlos e interactuar con ellos para colocarlos a nuestra disposición en
planes que coadyuven a rescatar y poner en valor nuestra cultura nacional y
popular en una audiencia más global.